ASO MACHO, Entender a una mujer no es facil

Este blog esta hecho para todos los hombres que hemos metido la pata, la hemos cagado o cometido algun error con una mujer. y siempre pensamos en como tratarlas o entenderlas este blog es hecho para que todos nos unamos y empezemos a entender entre todos un poco mas a las mujeres

lunes, 25 de mayo de 2009

Cómo hacer para que la pareja dure mucho tiempo


La palabra amor, es demasiado abstracta. Nos encanta, todos aspiramos a amar y ser amados, pero nos olvidamos de que el amor tiene unos componentes que le dan sentido a la palabra y que sin ellos el amor, es precisamente eso: sólo palabras.

¿Qué ingredientes necesita el amor?

El amor ha de implicar RESPETO, hacia uno mismo y hacia el otro. Ha de proporcionar una relación equitativa. No puede ser una forma de dependencia y, como cualquier otro sentimiento, está sujeto a un proceso de desarrollo. Su mantenimiento requerirá de: esfuerzo, voluntad, sentido común, perspicacia, buen humor, ....por que todo esto nos procurará mantener vivos la ilusión y el deseo.

Ser responsable de la propia felicidad y de la del otro

Implica otorgar intimidad, mostrar afecto e interés por el otro; saber como ayudarlo en todos los aspectos, qué es lo que le gusta, cómo hacer frente a sus enfados, qué tipo de actividades le relajan, en qué se le puede ayudar a mejorar....pero también, manifestar nuestros propios deseos, problemas y frustraciones, porque si uno es feliz pero el otro no, el amor se vuelve muy frágil.

No depender totalmente del otro

Mantener la individualidad es una de las fuentes de gratificación más importantes para mantener la pareja; ya que esta situación se convierte en un constante intercambio que la enriquece. Nos aporta satisfacción personal y por ello, estabilidad en la pareja.

Mantener un grado de atractivo

Cuidarnos para resultar más atractivos no pasa por no aceptar los cambios propios de la edad, ni nuestro propio cuerpo. Significa saber resaltar aquello de lo que nos sentimos orgullosos y no tener vergüenza en mostrarlo. Hemos de recordar que el atractivo es más una cuestión percibida y debemos ser fieles a nuestros ojos y a los del otro.

Ser capaces de autocriticarnos

Darnos cuenta de los errores del otro es mucho menos complicado que ver los propios. Analizar nuestras conductas y nuestras actitudes nos dará una forma fantástica de contemplar a la persona que está a nuestro lado.

Expresar los sentimientos y las necesidades

Demasiadas veces creemos de manera errónea, que el otro, simplemente por querernos, es una especie de médium que sabrá cómo, cuándo y de qué manera nos sentimos. Saber expresar nuestras emociones es una de las cuestiones que más favorecerán una buena comunicación.

Pero, ¿y qué más necesita el amor para mantenerse fuerte?

Ser cómplices

Huir de la rutina

Pedir disculpas cuando sea necesario

Y sobre todo, tener mucho sentido del humor, reírnos de nosotros mismos y con el otro enriquecerá nuestro mundo y por ende el de nuestra relación de pareja.

¿Hay que sufrir para amar?


Muchas veces, aunque estamos enamorados, se nos ve triste, metidos en una relación que en vez de ayudarnos a crecer, nos aleja de la familia o los amigos, nos impide cumplir con nuestros sueños y nos hace sentirnos inferiores o estar continuamente en una tormenta de peleas.

Lo que está claro es que hay amores que no nos convienen y que merece la pena que nombremos para ser capaces de percatamos qué tipo de relación vivimos.

Hay que dejar claro que la mayoría de las veces no hay culpable ni víctima, sino que ambos miembros favorecen que la relación sea dañina. ¿Pero por qué adentrarnos en una relación que nos hace sufrir?

Tipos de relaciones:

La relación despersonalizadora

Es una relación que promueve la inferioridad y el mutismo por parte de uno de los miembros. Esa persona pierde su autonomía e independencia, y lo más grave es que esto no sólo afecta a su conducta (por ejemplo, ir a la ópera aunque no le guste), sino que también altera su pensamiento, cambiando desde la creencia religiosa hasta la forma de educar a los hijos. En definitiva, la personalidad de uno de los miembros de la pareja queda totalmente anulada

La relación egoísta

Uno de los dos miembros nunca cede por el otro. Sus compromisos y preocupaciones siempre están primero. Una personalidad egoísta, incapaz de comprometerse seriamente, ya sea en una relación de mucho o poco tiempo. El compromiso implica no sólo fidelidad, sino, por ejemplo, dejar que el otro estudie, cumpla sus obligaciones o que tenga derecho a relacionarse con quien quiera.

La relación sumisa

Uno de los dos -el más fuerte y capaz- comienza a imponerse y a hacerse cargo de la vida de otro, quien es frágil y tiene problemas. En este caso, la víctima no es el más débil, sino el más fuerte de los dos, ya que arrastra sobre sí todo el peso de la relación.

La relación dependiente

Uno de los dos miembros lleva el peso total de la relación y el otro depende totalmente tanto para tomar decisiones, para opinar y no es capaz de hacer nada por sí mismo. Es probable que esa persona, que es un párasito de la otra, no tenga una identidad clara, no se sienta segura de sí misma y necesite buscar validación a través del otro. A pesar de que esté muy contenta porque vive su independencia a través del otro, cuando está sola se siente insegura y no tiene opinión. A la larga, se puede convertir en una persona anulada, que empieza a sentir que su vida está vacía.

La relación peleona

Son parejas que encuentran en las peleas su único medio de comunicación.

Estas peleas llegan a sacar lo peor de cada miembro.

Lo que está claro es que las relaciones están para disfrutar y no para sufrir gratuitamente.

La relación activa

Siempre están haciendo mil cosas -deporte, salidas con amigos- y lo pasan fantástico. Pero no se dan tiempo ni espacio para conversar ni desarrollarse. Cuando están solos no hay comunicación verdadera.

Es decir, no tienen una intimidad que nutra una verdadera relación.

Si para pasarlo bien siempre se necesita un panorama especial, algo no anda bien.

Es en la cotidianidad donde debiera ir creciendo la relación.

Valorar estos puntos nos puede ayudar a determinar si vivimos una relación sana, si no es así hay que tener claro que debemos reconstruir la pareja de nuevo, cambiar nuestro comportamiento o cambiar de pareja.

Debemos ser libres y autónomos para amar.